El vuelo del Aeronca
Desde enero de 2022 la Fundación Infante de Orleans (FIO) cuenta con un nuevo y curioso aparato en su colección. Se trata de un pequeño avión modelo Aeronca C-100, versión inglesa del Aeronca C-3 de fabricación norteamericana.
Repasemos los orígenes del Aeronca:
A principios de los años 20, Jean Roche, ingeniero del U.S. Army en Ohio, comenzó en solitario el diseño de un pequeño aeroplano de sección triangular, con estructura de tubo soldado y alas de madera con recubrimiento de tela, que fuera estable y con una buena capacidad de planeo. Además incluía un sistema de estabilidad automático, patentado por Roche en 1914.
Jean Roche tuvo problemas para encontrar un motor adecuado. Casi todos los disponibles eran de fabricación europea, cara y complicada de conseguir. Finalmente la solución llegó con un motor de cilindros opuestos de 15 CV, usado para bombear aire en las celdas de lastre de los dirigibles, que fue modificado para ser usado en un aeroplano, pudiendo llegar a dar 29 CV.
El avión de Roche, equipado con este motor, consiguió alzar el vuelo exitosamente el 1 de septiembre de 1925. Durante el siguiente año, el avión hizo unos 200 vuelos más, consiguiendo en algunos alcanzar los 6.000 m de altura.
En 1928 se creó la Aeronautical Corporation of America, más conocida como “Aeronca”. Esta compañía se interesó en el monoplano de Roche, equipado con un motor Polle-Galloway de 30 CV, pero Jean Roche no quiso abandonar su puesto en el Ejército, así que rechazó trabajar con la compañía, aunque aceptó el puesto de asesor del diseño y obteniendo acciones de Aeronca.
El 20 de octubre de 1929, el prototipo del Aeronca C-2 hizo su primer vuelo, impulsado por un motor propio de Aeronca, el E-107 de 26 CV; dos días después, lo hacía el segundo aparato y un mes más tarde, era presentado al público en el Western Aircraft Show, en Los Ángeles. Lo que sin duda marcó sensación entre los asistentes fue su bajo precio de1.500 US$.
Apodado como “bañera voladora” por el público, era un avión sencillo, (tan sencillo que solo tenía un altímetro, cuentarrevoluciones y medidores de presión y temperatura de aceite en su panel de instrumentos), de fácil y económico mantenimiento. La publicidad del momento resaltaba su consumo de un centavo por milla en combustible y aceite, pequeño y con un precio muy asequible que se fue adaptando a las circunstancias; en 1931, se vendía por un precio base de 1.245 US$.
Todos estos factores sumaron para que el Aeronca C-2 se impusiese a sus competidores durante los primeros años de la década de los 30. Entre los años 1930 y 1931, se llegaron a vender 164 de estos aviones.
Era un avión de agradable pilotaje, que podía aprenderse a volar con 5 horas de instrucción y muy seguro, con un índice de planeo de 11:1. Sinceramente era un planeador motorizado que podía hacer frente con solvencia a una parada de motor.
En 1931 el diseño evolucionó al C-3, cuya principal diferencia era su configuración biplaza lado a lado, indispensable si el aparato se quería ofrecer al sector de la enseñanza. El motor incrementó su potencia de los 26 a 36 CV con el motor E-113, ganando peso y dimensiones, pero sin influir en sus cualidades. En 1935 sufrió algunos refinamientos, que incluyeron cabina cerrada y frenos en las ruedas o luces en las alas a petición del cliente. Este nuevo modelo costaba por entonces 1.850 US$.
Aeronca también fue un avión de récords. En 1936, de los 33 récords reconocidos por la Asociación Nacional de Aeronáutica, 12 fueron conseguidos por C-2 y C-3. Como ejemplo un Aeronca 100-C3 pilotado por David Lievellyn realizo un vuelo desde Londres a Ciudad de Cabo, entre 7 de febrero hasta 1 de Marzo del 1936, con el fin de entregar el avión a un cliente sudafricano.
Hasta el año 1937 fueron construidas 400 unidades del C-100
El Aeronca en España
Por estas fechas, en Marzo del 1936, J.D. Kirwin trae a Madrid desde Londres, en vuelo un Aeronca C-100 para su entrega al conocido aristócrata y deportista Carlos de Salamanca. (Marqués de Salamanca, fundador de una famosa empresa importadora de automóviles ingleses). Este avión nunca llego a ser matriculado en España. Se desconoce sus avatares durante la guerra civil. La única huella de su existencia es la solicitud de Carlos de Salamanca requiriendo en posguerra la devolución de su avioneta, que se encontraba en el aeródromo de Gandía, bastante deteriorado. Parece que la petición no debió ser atendida y que el primer Aeronca no volvió a surcar los cielos españoles en aquella época.
El Aeronca C-100 de FIO, EC-NZI, y su matrícula Inglesa G-AEXD, c/n AB124 es en realidad un C-3 fabricada bajo licencia por Light Aircraft Ltd. Equipada con un motor J.A.P. 99 de 37 CV, de doble ignición.
Caracteristicas;
Envergadura: 11 m
Longitud: 6,1 m
Velocidad máxima: 152 km/h
Autonomía: 332 km
Peso vacío: 258 kg
Peso total: 456 kg
Capacidad: biplaza
Fuentes:
Boletín de FIO.
El libro de “Aviones españoles del siglo 20” FIO
Internet
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socio nº186