Todo comenzó con un amistoso pique después de una sesión de entrenamiento de la Patrulla Jacob52 coincidiendo con la festividad de Loreto y ha acabado (o quizás no?) con un llenazo en el salón de actos del Centro Cultural Getafe Norte. Aquel día Gonzalo O’Kelly y Emilio Ranz entraron al trapo de la provocación que se les puso delante y sin dudarlo mucho aceptaron participar en una charla sobre los dos aviones más icónicos que ellos volaron durante su servicio en el Ejército del Aire español, Mirage III y F-4 Phantom II, solo quedaba ponerse manos a la obra y organizar el acto.
Indudablemente el más relacionado con el Centro Cultural es Fernando Hernández y a el recurrí para negociar la utilización del salón de actos lo cual consiguió con creces, además en horario “prime time” de sábado por la mañana en total coordinación con la disponibilidad de los dos ponentes. El apoyo oficial de la Junta Directiva para las gestiones administrativas, el apoyo de Jesús López para las labores de grabación , edición y posterior emisión de la charlacon la entusiasta aprobación de los conferenciantes y el arte de J.A. Cifuentes para elaborar un llamativo cartel anunciador hacían presagiar que ya no había marcha atrás en el proyecto.
Y así ocurrió, el Área de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Getafe aprobó la utilización de su centro y la colaboración del personal necesario para esta charla y financió los carteles anunciadores por lo que solo quedaba esperara la fecha prevista. Algunos contactos con los conferenciantes mostraron que lo que en principio parecía una charla de amigos se había convertido en un proyecto serio por el nivel que estaba tomando y que en algún momento me hizo dudar de nuestro poder de convocatoria para llenar la sala ya que además coincidía en día y hora con otra conferencia organizada en el Museo del Airesobre el F-104 (malditas coincidencias), pero el día llegó, sábado 30 de marzo, y apenas pasadas las 11:00 empezó la charla. Tras una pequeña presentación los ponentes empezaron su turno y ya vimos que el asunto ibaen serio y que “pintaba bien”, la sala con capacidad para 100 personas estaba casi llena y los asistentes atendían con interés la exposición, mezcla de interesantes datos técnicos con datos operativos que no encontrarás en ningún libro y que solo un piloto experimentado te podrá explicar acerca de su montura, todo ello amenizado con proyecciones preparadas por los conferenciantes. El resultado fue que, entretenidos con la conferencia, el tiempo se nos pasó “volando” como suele ocurrir cuando te encuentra a gusto, y después de tres horas nos vimos forzados a clausurar el acto pensando ya en que esto debe tener una continuación. En resumen, asistentes, conferenciantes y organizadores plenamente satisfechos y con la sensación de que nos supo a poco.
J.L. Celada E.
AIRE 121
