Hoy en día Internet y la fotografía digital ha popularizado el spotting, una manera de disfrutar la pasión por la aviación. Pero hubo un tiempo en el que no había Internet, conseguir información de festivales o de los vuelos de un aeropuerto no era tarea fácil, y en casa devorábamos los pocos libros y revistas especializadas que nos eran accesibles, para poder estar al día.
Eso es, hubo un tiempo en el que los spotters nacían y se hacían, pero ellos no sabían que eran spotters. Un buen día, en el perímetro del aeropuerto mientras uno tomaba fotos en solitario aparecía otro personaje como él y se daba cuenta de que no era el único que ejercía esa extraña afición. Incluso a veces se encontraba con algún inglés, alemán, holandés u otro extranjero que hacía lo mismo y entonces éste le contaba que en su país había muchos más y que se hacían llamar spotters.
Soy un spotter ¿y ahora?
Bueno, pues sí, yo soy uno de esos spotters clásicos, de los de libreta y bolígrafo; gorra y prismáticos, además de la cámara fotográfica al cuello. Antes de nada, vamos a explicar que es el spotting, porque aunque a estas alturas empieza a ser un término conocido, se confunde la fotografía aeronáutica con el spotting puro y duro, y definitivamente no es lo mismo.
Normalmente la afición clásica surge de querer saber, y de algún modo poseer y coleccionar, todo lo relacionado con un tema más o menos concreto (no sólo aviación, puede ser otra afición similar como barcos, trenes o incluso autobuses). En una primera fase se hacen listados de flotas de acuerdo a las matrículas y modelos de aviones, de sus libreas, rutas, frecuencias de vuelos, aeropuertos que hemos visitado, etc. Después viene cómo extender ese coleccionismo, que al principio es solo en una libreta (ordenador en versión moderna) llena de notas. La fotografía de un avión en concreto, clasificado según su registro, modelo y pintura, es la manera de poder llevártelo a casa y recordarlo para siempre.
Por tanto, un spotter clásico será una combinación de fotógrafo y libro abierto, que te podrá hablar de tipos de aviones, de compañías o fuerzas aéreas, se sabrá matrículas de memoria, como están bautizados los aviones y todos los conocimientos relacionados, que pueden ir desde geografía a política exterior, pasando por historia, pues están muy relacionados con los vuelos o la composición de las flotas mundiales.
En la mayoría de los países europeos hay terrazas (Zúrich en la imagen) y zonas oficiales de spotting; en España Barcelona y Málaga son las excepciones.
Equipo necesario
Lo primero que hace falta recordar es que el spotting es una afición, no se trata de competir ni de ser el mejor en nada. Además, hay casi tantas variantes como aficionados, así que lo más importante a la hora de hacerse con el equipo es evaluar y tener lo justo y necesario para disfrutar. Necesidades que además serán diferentes dependiendo de donde ser practique el hobby. Los elementos clásicos son una libreta de notas, unos prismáticos, una radio de banda aérea y una cámara. Los tres primeros han perdido mucha importancia y ya son pocos los que lo utilizan, en cuanto que ahora las nuevas tecnologías permiten suplirlos con un simple smartphone, por ejemplo. Los prismáticos permitían controlar las matrículas y así saber si le hacíamos o no foto a un avión que ya teníamos en la colección, en un tiempo en el que cada foto costaba dinero. Ahora solo ocupa espacio en la tarjeta de memoria, así que no importa tanto, pero de todos modos sirve para controlar el movimiento de forma visual cuando estamos esperando la llegada o salida de un avión. La radio con banda aérea está siendo sustituida por las aplicaciones de seguimiento de vuelos tipo Localizatodo, FlightRadar24 o Plane Finder, pero escuchar las conversaciones entre pilotos y controladores siempre tiene su encanto. Ojo, que la escucha de banda aérea puede ser ilegal en algunos países, incluso en España, sin estar clara la legislación al respecto y aún estando permitido, parece ser que prohíbe la difusión de estas escuchas.
Respecto a la cámara, no me voy a extender mucho, pues ya se ha analizado en otra entrega anterior, pero sí diré que un equipo caro no garantiza las mejores fotografías. Hay muchos otros factores, que describiré brevemente en el último encabezado.
A esto todo hay que sumar todas las protecciones necesarias para una actividad al aire libre: protecciones para el sol, lluvia, viento o frío. Gorras o sombreros, crema solar, chubasquero, una silla para las largas horas de espera y agua, son nuestros compañeros habituales. En algunos sitios también es necesaria una escalera para salvar las vallas y obstáculos, e incluso a otras personas, cuando hay gran aglomeración.
El equipo necesario comprende cámara, radio, prismáticos, escalera, avituallamiento y un aficionado con muchas ganas
Búsqueda de lugares
Otra actividad que no es muy conocida es la búsqueda de los llamados «spotting sites», es decir, los mejores lugares para ver aviones o tomar fotografías. En el extranjero hay terrazas y otros puntos de observación que son oficiales, pero en España, salvo dos o tres excepciones, brillan por su ausencia. Por tanto, cuando empiezas a frecuentar un aeropuerto o base aérea, lo primero es mirar mapas, hacer un listado de posibles localizaciones y después investigar en situ para ver si son buenos o no.
Un sitio aceptable tiene que tener una buena luz (ya sea de mañana o de tarde), estar libre de obstáculos y lo más cerca de los aviones que sea posible. Si además es cómodo, a la sombra o resguardado de frío o lluvia, mucho mejor. Por supuesto, tiene que ser legal acceder a él, sin transitar por vías pecuarias con vehículos a motor, invadir zonas privadas o dentro del recinto aeroportuario.
En aeropuertos muy transitados lo más sencillo es ver donde hacen los demás las fotografías (aunque siempre hay sitios sin explorar), pero existen muchos otros con excelentes localizaciones que aún están sin descubrir, precisamente por eso, porque internet nos ha hecho muy cómodos y nos limitamos a copiar lo que hacen los demás.
Los lugares de spotting en el perímetro pueden ir desde un caluroso y desértico campo de cardos…
…hasta una cómoda playa.
Asociaciones
Dado el gran desconocimiento que ha habido sobre nuestra afición hasta hace bien poco, una buena forma de darse a conocer y conseguir algunos logros como pasar a la rampa de aeropuertos, visitar hangares, torres de control o la construcción de algún sitio de spotting oficial, ha sido crear asociaciones de spotters. Una de las más grandes es la Asociación Aire, a nivel nacional. Si bien el spotting no es su actividad principal, ni su única razón de ser, sí es la que desarrollan la mayoría de sus socios. El resto de asociaciones sí son exclusamente de spotting, aunque su radio de acción es más localista o regional: Spotting Andalucía, Canary Islands Spotting o Spotters Barcelona – El Prat.
Las asociaciones de spotters han conseguido que algunas veces al año los aeropuertos abran sus puertas.
La fotografía ideal
Ligado al spotting, existe lo que yo denominaría «fotografía artística aeronáutica», promovida por la facilidad de hacer fotos con cámaras digitales y que busca los ángulos más impresionantes, las combinaciones meteorología/avión más impactantes, etc. Aunque pueda haber una zona de intersección común, a mi entender es diferente del spotting, en cuanto a que los fines que persiguen son diferentes.
En un tiempo en el que se intercambiaban fotografías (diapositivas, principalmente) entre spotters clásicos como si fueran cromos, se definieron una serie de normas no escritas sobre cómo tenían que ser éstas para tener la calidad necesaria para ser aceptadas por ambos. La fotografía ideal un spotter clásico es eso, un cromo que se va a coleccionar, en el que se tienen que ver claramente una serie de características. La matrícula del avión tiene que ser nítida y no estar tapada, pues es la seña que diferencia un avión de otro prácticamente igual. Como también se trata de mostrar la librea o pintura de la aeronave, el ángulo con el que se tome la foto tiene que permitir mostrar los rótulos y colores de la mejor forma posible. Normalmente será una foto lateral o ¾ de morro. Se trata de coleccionar aviones completos, por lo que no son válidas las fotos parciales o cortadas (estabilizadores, alas, etc.), sólo se permiten a veces ciertas licencias, como palas de los rotores de helicópteros. Los aviones pasados, tomados desde atrás, son difícilmente aceptados. Lo correcto es que esté tomada con sol, con muy buena resolución y nitidez. La máxima expresión del perfeccionismo era (y es aún) la de algunos coleccionistas tan exigentes que sólo aceptan diapositivas de una marca (normalmente Kodakchrome 64), fotografías tomadas en rampa, de perfil rueda con rueda y con un objetivo fijo 50 mm, por supuesto con buena luz y sin brillos. La fotografía digital ha quitado importancia a estas manías, aunque como he dicho antes, es algo tan personal que hay tantas maneras de practicar la afición como spotters.
Mi opinión personal es que las fotos en acción son más dinámicas e interesantes, aunque también más complicadas de conseguir. La toma ideal es para mí, dado que los aviones vuelan y también ruedan por tierra, una foto de esta transición, es decir, de la rotación en un despegue o la toma de tierra en un aterrizaje, con la rueda de morro ya en el aire. Así tendremos siempre para el recuerdo un avión en sus dos medios (aire y tierra, o agua en los hidroaviones) y en acción, mostrándonos un momento en el que estaba operativo.
Las fotografías de acción en transición tierra-aire o aire-tierra son las más espectaculares.
En el otro extremo, la típica fotografía de spotter excéntrico: en rampa, perfil rueda con rueda, distancia focal 50 mm (fija) y luz perfecta.
Trucos básicos
Por último, voy a relacionar una serie de consejos muy sencillos, que pueden parecer muy tontos, pues son básicos, pero que pueden ser muy útiles para los que se inician en este entretenimiento. Soy consciente de que a diferencia de antaño, ahora son muchos los que empiezan con excelentes equipos y sin embargo, al poco tiempo se desencantan al no obtener los resultados esperados. Y es que hay que tener en cuenta una cosa: hacer fotos a aviones tiene una complejidad media, quizás no sea tan difícil como la fotografía de animales, pero tampoco es presionar el disparador sin más.
Los dos «trucos» básicos para sacar una foto buena: estar cerca del avión y con buena luz (sol) en la espalda.
- Cerca y con sol: los mejores resultados se obtienen estando próximos a los aviones y con buenas condiciones de luz. Por muy buenas lentes que tengamos, entre el avión y el objetivo hay aire que no siempre es transparente, sobre todo en verano, pues crea muy reverberación. Esto quitará siempre nitidez a la fotografía. El sol, obviamente, siempre a la espalda, para que ilumine el fuselaje. Las primeras horas y últimas del día dan mejor color que las centrales, en las que el sol está muy alto y solo ilumina la parte superior. La luz en invierno es más limpia y pura que la de verano.
- Enfoque y velocidad: velocidades altas, de 1/500 mínimo a plena luz del día. Si decae la luz podemos bajar a 1/250 ó 1/125. Menos de esa velocidad es errar muchos disparos, así que es conveniente subir ISO, que aunque da ruido (cada vez menos en cámaras modernas) asegura la nitidez, es decir, que no resulten desenfocadas. Lo más difícil de una foto a un avión es realmente esto, lograr que quede enfocada y aunque los programas de edición lo disimulan, hay que intentar obtener el mejor resultado directamente de la cámara. El problema del enfoque es que los aviones son mayoritariamente blancos o grises, y la cámara no enfoca bien sin una referencia clara. Apunta a sitios donde haya contrastes (ruedas, ventanas, zonas con cambios de colores). Si estás cerca, apunta al fuselaje, no a la punta de plano que estará varios metros por delante y a poca distancia esas diferencias se aprecian.
- La profundidad de campo: es importante cuando estamos cerca del sujeto o cuando hay un fondo bonito. En el cielo no hace falta, se puede sacrificar diafragma (que es lo que da profundidad de campo, fondo nítido) por velocidad que nos dará nitidez en el sujeto principal, que es el avión. Con f´s altas, más profundidad de campo.
- Viñeteo y obstáculos: si tiramos a través de una valla que no se puede evitar del todo, pon la máxima velocidad posible (o diagrama mínimo). Esto nos ayuda a que se note menos que hemos tirado a través de ella. Si tenemos objetivos que viñetean (ese efecto de esquinas obscurecidas), lo mejor es diafragma cerrado (f alto) a costa de bajar velocidad. Con poca luz no podremos sacrificar velocidad, por tanto tendremos que subir ISO.
Para terminar, me gustaría animar a los spotters a que practiquen un poco de spotting clásico. Que no se limiten a descargar tarjetas en el ordenador y guardarlas en carpetas. Las sesiones de ver y clasificar fotos, matrículas, modelos o compañías, son tan gratificantes como las sesiones de tomarlas. Es muy entretenido también hacer listados de los aviones que se tienen y de los que no, dónde se tomaron las fotografías, observar qué rutas y aeropuertos sirven, dónde están basados, de qué países vienen… no sólo se disfruta, sino que también se aprende mucho. Un ejemplo: cuando se suben y comparten fotos en páginas de internet, un buen ejercicio es completar el campo de observaciones con el mayor número de datos de esta índole.
Texto y fotos: José Ramón Valero
Aire 105