El pasado día 6 de abril 25 socios tuvimos la oportunidad y el placer de visitar los hangares donde la FIO guarda sus maravillosos tesoros y los talleres donde hacen la magia de mantener estas históricas joyas en vuelo. Acompañados en todo momento por Javier Permanyer que nos mostró todas las joyas que esconde la Fundación.
La primera sorpresa la tuvimos en el hangar donde la FIO guarda su colección, dicha estructura llego a España desmontado desde Alemania en los 30 y como un auténtico mecano fue montado, seguramente algún maquetista de nuestras filas no le hubiera importado ver como se hacía.
Ya en el taller nos encontramos al majestuoso Dh89 Dragon Rapide de 1936 y que con sus 82 años luce como si acabara de salir de la fábrica. Dentro al fondo se encontraba la majestuosa T-6 Texan y a su lado reposando el esqueleto de su hermana T-6 Texan Dum , la cual su recuperación está muy avanzada por lo que algún día podremos ver a las dos t6 juntas en vuelo.
Pero el taller nos guardaba una sorpresa y es poder ver la pequeña Comper Swift escondida entre los majestuosos T6 y Dragon con las alas dobladas como si sus hermanos mayores la asustaran. Al verlo se comprende aún más la hazaña de Fernando Rein Loring en llegar con este pequeño aparato hasta Manila.
Ya en el hangar principal aparte de poder disfrutar andando entre las Bücker que enseñaron a los pilotos del EDA, ver la majestuosa Beechcraft C-45 con su librea de Spantax o al inolvidable Polikarpov I-16 Rata , que ganas de volver a escuchar su motor los domingos, encontramos un par de tesoros como por ejemplo un planeador de madera Schulgleiter SG-38 que se lanzaba a través de gomas elásticas, como si un tirachinas se tratara. O al pequeño Colomban MC-15 Cri-Cri el cual parece imposible que ponga a una persona en vuelo.
Pero lo más sorprendente lo guardaban sus paredes, uniformes instrumentos manuales incluso munición de época, la cual nos traslada a una época dorada la aviación. Incluso pudimos encontrar dos simuladores de época que nos conduce a un período analógico tan diferente del digital actual.
Por último y como es tradición entregamos los obsequios de agradecimiento a la FIO por darnos esta oportunidad de poder ver estas auténticas joyas históricas que no podemos permitir que se pierdan.
Pablo Carbonero.
Socio nº: 590